La Responsabilidad Ampliada del Productor (REP) se destaca como una política de larga data y su primer concepto se remonta a la década de 1980. Ha ganado una atención renovada en el contexto del "Paquete de Economía Circular" de 2018. Este paquete enfatizó la necesidad de fortalecer el sistema REP y establecer métodos para gestionar categorías de residuos específicas, incluidos los textiles. Además, otras medidas legislativas, como la directiva sobre residuos, que exige la recogida selectiva de residuos textiles para 2025, han impulsado a los Países Bajos, Francia, Noruega y Suecia a establecer sistemas EPR nuevos o revisados para los textiles.
Las empresas de moda tradicionalmente se han centrado únicamente en llevar textiles al mercado, descuidando su participación en la gestión y el reciclaje de residuos posconsumo. Esto ha llevado a una situación en la que los valiosos residuos textiles siguen infrautilizados, no se prioriza la durabilidad y la reciclabilidad de las prendas y los fabricantes no reciben incentivos suficientes para reducir su huella ambiental. EPR, un concepto amplio que abarca varias estrategias, asigna a los productores la responsabilidad de gestionar todo el ciclo de vida de sus productos, desde el diseño hasta la gestión del final de su vida útil, que incluye la recogida de residuos y el reciclaje. Es importante ver la EPR como un principio rector y no como un plan de acción detallado. Los requisitos específicos se adaptan a cada país e incluyen tarifas de productos, estándares mínimos de contenido reciclado, informes de huella de carbono y criterios de desempeño.
Los detalles específicos de los esquemas REP para textiles varían de un país a otro. Por ejemplo, en los Países Bajos, las marcas que introducen productos textiles en el mercado deben pagar una tarifa, que se pretende reinvertir en sistemas de reciclaje y reutilización de textiles. Se espera que las empresas se registren en una organización designada. En Francia, los productores deben obtener un número 'UDI' para demostrar el registro en una organización ecológica y facilitar el seguimiento del cumplimiento. Se determina un monto de contribución para cada producto en función de varios factores, como la cantidad de productos similares vendidos el año anterior. Noruega y Suecia aplicarán la EPR a los textiles en un futuro próximo. En particular, se prevé que el costo de implementar el EPR sueco para los textiles aumentará el precio de una camiseta promedio en aproximadamente 3 centavos. Noruega está considerando imponer tarifas importantes a los productos fabricados con fibras sintéticas, alentando a los fabricantes a explorar materias primas más sostenibles.