Eslovaquia es bastante competitiva en lo que respecta a las exportaciones de ropa. En 2019, el valor de la ropa exportada desde Eslovaquia ascendió a 700,54 millones de dólares estadounidenses. En más de 500 empresas eslovacas de confección trabajan unas 5.800 personas. La mayoría de estas empresas son de tamaño pequeño y mediano.
Los fabricantes de ropa en Eslovaquia se especializan en producir una amplia gama de prendas que incluyen prendas de mezclilla, suéteres, chaquetas, trajes, ropa de tallas grandes, ropa de novia, vestidos y muchos más.
La capital de Eslovaquia, Bratislava, es conocida por tener muchas marcas de ropa de diseñador, incluidas Renata Bartolomei, Veronika Gall y Lydia Eckehardt. Además, Bratislava tiene el mayor número de empresas de fabricación de prendas de vestir, seguida de Presov, Trencin, Zilina y Nitra. Otras ciudades como Pezinok, Trnava, Nove Zamky y Banská Bystrica cuentan con un número considerable de fabricantes de prendas de vestir. La mayor parte de la ropa producida en Eslovaquia se fabrica en estas ciudades.
Hoy en día, el sector de la confección es una parte importante de la industria eslovaca y combina conocimientos tecnológicos con una mano de obra cualificada y materias primas de alta calidad. La experiencia de los eslovacos en la fabricación de prendas de vestir ha llevado a la creación de prendas de vestir de alto valor añadido, como ropa para bebés, vestimenta tradicional y ropa de diseñador.
Eslovaquia ofrece un entorno propicio para la inversión gracias a su ubicación estratégica en el centro de Europa. Como miembro totalmente integrado de la UE, los inversores pueden acceder a un mercado más grande de más de 500 millones de ciudadanos de la UE.
Eslovaquia también ofrece mano de obra cualificada con salarios de nivel medio. Ésta es una de las razones por las que algunos países europeos eligen producir su ropa en Eslovaquia. Los fabricantes de ropa pueden confiar en los incentivos a la inversión ofrecidos por el gobierno eslovaco, así como en su estabilidad económica y política. Además, su red de infraestructuras se está modernizando rápidamente y los fabricantes de ropa pueden esperar funcionar sin problemas.